El dibujo de formas

Junto con la euritmia, el DIBUJO DE FORMAS es una importantísima y novedosa contribución a las actividades formativas y terapéuticas de la educación, que forman parte intrínseca del plan de estudios de la metodología Waldorf. A diferencia de lo que suele hacerse en muchas escuelas, hay que tener en cuenta que la primera herramienta de aprendizaje de que dispone el niño no es la cabeza ni la recepción pasiva de contenidos, sino la voluntad, el ejercicio de su propia actividad y motricidad. Recordemos que en la escuela Waldorf el niño empieza con la escritura y sólo después viene la lectura. La práctica del dibujo de formas, que comienza dibujándolas en el espacio con el movimiento del propio cuerpo, y luego pasa a su reproducción gráfica con las manos, en la pizarra o en el papel, tiene múltiples efectos formadores y equilibradores en los ritmos de todo el organismo, que inciden en su crecimiento integral y en su salud. El dibujo de formas es también de enorme utilidad para el propio adulto, pues sus reiterados gestos formadores ejercen una acción terapéutica.

El presente opúsculo es una introducción a este fascinante campo que nos llama y reclama a que lo practiquemos en los niños y en nosotros mismos.