El alma humana

Es evidente que el ámbito del alma es uno de los más amplios, difícil de abarcar tanto en profundidad como en amplitud. ¿Cómo abordarlo? ¿Hay que ser un sesudo especialista para abordar el tema? En principio la base para ello está en nuestra propia experiencia y nuestra autoobservación que abarca la manera cómo nos afectan el mundo y los demás y cómo interactuamos con ellos. Y ello empieza a darnos pistas.

Zeylmans van Emmichoven utiliza la propia autopercepción del alma como método para esclarecer los misterios de la vida interior. Constata que nuestra alma, como mundo interior, participa en dos mundos: el exterior y el interior más profundo. En esa situación el alma es mediadora entre el mundo físico exterior y el núcleo espiritual del ser humano, el “yo”. Mediante su relación intencional con ambos mundos el alma se ve atravesada por una incesante corriente de polaridades dinámicas: amor-odio, alegría-tristeza, placer-displacer, deseo-satisfacción, reír-llorar, vida-conciencia. Con un estilo compacto y vívido se examinan muchos otros procesos del alma, relacionados con el pensamiento, el sentimiento y la volición. Se aborda el lenguaje de los sueños dividido en cuatro tipos. Se habla del impulso desarrollarse, que se despliega siguiendo las leyes de polaridad, ascenso y metamorfosis.

Y se ofrece una imagen del objetivo superior de la vida humana: la gradual liberación del alma de sus ataduras corporales para convertirse en órgano del Yo, contrapesando la natural tendencia del alma a convertirse en mero órgano del cuerpo. Y en este sendero inconcluso se analiza el papel que tienen el amor, la sabiduría, y la muerte y resurrección interiores.